ACTUALIDAD
LA MENTIRA, LAS ESTADISTICAS Y LOS DESNARIGADOS
Fernando Vera Vásquez
“Hay tres clases de mentiras: La mentira, la maldita mentira y las estadísticas”, escribió el periodista y escritor estadounidense Mark Twain. Y nos viene a colación ahora esta frase cuando se ha anunciado, con evidente y astuta manipulación, que la pobreza en dos años de gobierno aprista ha disminuido el 10%. ¿Qué son, entonces, ese diez por ciento de peruanos? ¿Acaso ricos? ¿Peruanos sin empleo y sin salarios?
Sinesio López, comentando a la filósofa alemana Hannah Arendt, dice que “Los pobres son tratados como meras cifras estadísticas. Ellos han perdido su calidad de seres humanos”. Eso es precisamente lo que entendemos luego del anuncio de marras, más aún una tomadura de pelo, una burda maniobra política, una mecida de siempre dicha y hecha con artificio y locuacidad, tan característicos de demagogos como el que tenemos en palacio de gobierno.
Que se reduzca la pobreza sin convertir a los pobres en pordioseros de los programas asistencialistas, sin someterles a chantajes ni trato indignantes, es lo que debe hacerse desde la perspectiva de un gobierno que busca el bienestar real de las mayorías; pero lo justo no es reducir la pobreza, sino erradicarla y erradicar la causas que la generan, erradicar la explotación del hombre por el hombre.
En el antiguo Egipto, a los funcionarios mentirosos y desfalcadores se les aplicaba penas severas como la ablación de la nariz y el destierro a la “ciudad de los desnarigados”. Imaginemos cuántos funcionarios y gobernantes estarían en esa implacable condición, cuántos de los que han hecho del robo del erario público su modo de enriquecerse y cuántos de los que han hecho de la mentira su estilo de gobierno, estarían poblando esa patética ciudad.
Y las estadísticas así de manipuladas no son más una maldita mentira.